ALGUNOS DATOS DE LA REALIDAD K (y si el indeK lo dice...)
Según la Encuesta Permanente de Hogares del desacreditado Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC, intervenido desde el 2007) del tercer trimestre de 2011,
a) casi un 28 % de habitantes vive con $ 27 pesos diarios (US$ 6),
b) y la mitad de esas personas sobrevive con $ 18 pesos al día (US$ 4).
Es verdad, la sal cuesta menos de $ 2 pesos. Pero el kilo de manteca, $ 35 pesos.
El calzado en una tienda cualquiera no baja de los $ 180 pesos y un kilo de pollo vale $ 10 pesos. Ni hablar de vestuario, artículos informáticos, tecnología, recreación y de la enorme especulación inmobiliaria en un país donde escasean 3 millones de viviendas, cifra que suma y sigue diariamente.
Y para el organismo gubernamental, una familia de 4 personas no es pobre si cuenta con más de $ 45 pesos al día (US$ 10). De acuerdo al informe, de los 17 millones de ocupados del país, casi 12 millones obtienen un ingreso menor a $ 2.300 pesos al mes (US$ 535).
Y de los ocupados, por lo bajo, el 35 % trabaja informalmente, sin derechos laborales ni seguridad social
Como toda sociedad capitalista “en serio” como dice la Presidenta, los números del INDEC dicen que la concentración de la riqueza y las desigualdades sociales tienen su primavera. El 20 % más empobrecido de la población percibe el 4,2 % del excedente socialmente producido,
y el 20 % más rico se queda casi con la mitad del total. Naturalmente que al ir acortando los porcentajes extremos, las diferencias de concentración versus miseria se disparan con mayor violencia.
La deuda pública externa (según guarismos de septiembre de 2011) supera los US$ 230 mil millones, que el gobierno cancela acudiendo a nuevos préstamos, pero esta vez salidos de entidades nativas y que corresponden a puro trabajo argentino acumulado sin mediaciones, como el Banco Central y la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSeS) que administra los ahorros previsionales y jubilatorios de los asalariados.
Bonasso: "EL KIRCHNERISMO ES LA CONTINUIDAD DEL MENEMISMO"
Fue parte activa de esa "juventud maravillosa" sobre la que el kirchnerismo construye su relato, pero ahora habla de "traición" cuando menciona a la Presidenta. Llama "cómplices" a los ministros Aníbal Fernández y Julio De Vido y al gobernador de San Juan, José Luis Gioja. Afirma que Néstor Kirchner fue "más lejos" que el ex presidente Carlos Menem a la hora de "mezclar política y negocios" y que su esposa, lisa y llanamente, es "la continuidad del menemismo". El que habla es Miguel Bonasso .
En diciembre dejará su banca en el Congreso, donde presidió la Comisión de Recursos Naturales e impulsó la ley de glaciares . Bonasso, periodista que trabajó junto con Rodolfo Walsh, fue militante de Montoneros. También es el autor de Recuerdo de la muerte, sobre la ESMA, y de Don Alfredo, sobre Alfredo Yabrán. Hoy vuelve a la literatura con estruendo: El Mal. El modelo K y la Barrick Gold, donde apunta hacia el lado más oscuro de la relación entre la minera canadiense y el Gobierno, del cual fue parte.
" El modelo K y la Barrick tienen una historia y un significado político muy concreto: lo perverso es que estén juntos y lo que implica es que este modelo K, por imperio del PJ, de Néstor y Cristina Kirchner, se ha convertido en la continuidad del menemismo por otros medios", dice Bonasso, en el living de su casa en Villa Crespo.
Sobre la mesa hay una copia del libro que, desde sus primeras páginas, vincula a la minera presidida por Peter Munk con los dólares del traficante de armas saudí Adnan Kashoggi y del ex presidente norteamericano George Bush (padre), a través de la CIA y los fondos del escándalo Irán-contras.
Sin perder el ritmo de novela, El Mal, cuenta cómo la multinacional canadiense fue obteniendo amplios permisos para explotar en San Juan los yacimientos de oro de Veladero y Pascua-Lama (proyecto binacional con Chile) a través de los gobiernos de Menem, Fernando de la Rúa y los Kirchner. También, según Bonasso, cómo se violaron leyes impositivas, de defensa y medio ambiente.
Y, sobre todo, cómo la Argentina y Chile cedieron aguas y soberanía para crear un "tercer Estado" en cada yacimiento, que no pueden controlar. "En Pascua-Lama, el oro se sacará un 75% del lado chileno, pero nosotros proveemos el 90% del agua y del lado argentino queda el valle de lixiviación, una olla de agua, roca molida y cianuro equivalente al dique San Roque [de Carlos Paz]", señala el diputado, que repasa cada dato con su joven mujer, la mexicana Olivia Vidal.
"Cada día, van a triturar 45.000 toneladas de roca con 4 toneladas de cianuro y 27 millones de litros de agua", agrega, para llamar "cómplices" del saqueo a la Presidenta y sus ministros. "Si fuera meramente un acto de corrupción, yo ya cumplí como ciudadano cuando los denuncié ante la Justicia. Pero esto es corrupción estructural. Estamos hablando del porvenir de la República", enfatiza.
Bonasso sostiene que la política sobre minería hizo estallar su relación con el kirchnerismo, del que fue promotor en sus inicios. Ex secretario de prensa del breve gobierno de Héctor J. Cámpora, el diputado critica duramente a los jóvenes que han tomado su nombre y que componen el grupo juvenil kirchnerista. "Hay muchos que están por ideales, pensando en hacer un cambio. Otros están dentro del funcionariato, cobrando sueldos muy elevados que tienen poco que ver con la militancia histórica que yo conocí, porque el Estado no pagaba la militancia." El diputado marca otra diferencia entre la juventud del 70 y la actual. "Tuvimos la suerte, porque no hubo un corte de 30.000 desaparecidos, de tener un vínculo con nuestros maestros. Yo lo conocí a Walsh y aprendí de él en una redacción. Esta generación necesita maestros", sostiene.
Bonasso acusa a la Presidenta de cometer "varias acciones ilegales" contra el país. Del fallecido ex presidente lamenta el momento en que resignó la "transversalidad", para recostarse en el PJ. "Claramente abandonó cualquier idea de renovar la política y pasó a convalidar un sistema feudal en el cual gobernadores e intendentes mezclan negocios con política. Mi ruptura comienza ahí, porque yo no estuve nunca con el PJ: nosotros despreciábamos profundamente al PJ ya en los 70. Ni hablar ahora. No por las bases, sino por una dirigencia corrupta", sostiene.
Y regresa al libro. "En el turbio encuentro entre negocios y política, Kirchner fue más lejos que Menem. No sólo Cristina. Fueron los dos", culmina
Por Marcelo Veneranda
El proyecto de ley presentado por el gobierno nacional de “Protección al dominio nacional sobre la propiedad de tierras rurales”, tal como dice su nombre, no evitará la extranjerización de la tierra. Además de legalizar la propiedad actual de las que están en manos foráneas, hará posible la venta de otros tantos millones de hectáreas a extranjeros.
(Fabiana Arencibia-Red Eco) Argentina- A fines de abril el gobierno nacional presentó su proyecto de ley contra la “extranjerización” de la tierra que, junto a otros doce sobre el mismo tema, entró hace dos semanas en la Comisión de Legislación de la Cámara de Diputados para su debate.
Las comillas que encierran la palabra extranjerización no son un error de tipeo. Significan que más allá del texto, las mejores tierras de nuestro país ya están en manos extranjeras.
El proyecto no hace más que legalizar esta situación al establecer en su artículo 16 que “la presente ley no afecta derechos adquiridos”. Pero, además, posibilita empeorar el panorama existente ya que el límite máximo a la tenencia de tierras en manos extranjeras es llevado al 20 por ciento (el doble del territorio que actualmente se estima es propiedad foránea). Por lo tanto, abriría la posibilidad de venta de tierras por una extensión similar a la que hoy ya no nos pertenece.
Si bien no existen en nuestro país registros precisos sobre la propiedad foránea de la tierra, la Federación Agraria Argentina la estimó hace algunos años en casi 17 millones de hectáreas de las mejores tierras.
Nos preguntamos cuál es el sentido de elevar ese porcentaje cuando, tal como dice la presentación de este proyecto ante el Congreso, la tierra es un recurso estratégico natural y escaso. A nadie son ajenas las necesidades mundiales de tierras para producir alimentos y para obtener agua potable. Nuestro territorio posee ambas cosas lo cual lo hace altamente apetecible.
Por otra parte, el problema de la tierra en nuestro país no es solamente su extranjerización sino su concentración en extensos latifundios, incluso en manos nacionales. Con regularidad publicamos información sobre campesinos y pueblos originarios a quienes los empresarios - con la connivencia del poder político y de la justicia- intentan expulsar de sus tierras (a veces lo logran) para plantar soja, utilizar el agua o extraer petróleo.
Nadie puede pretender que este gobierno avance en un proyecto de reforma mas profunda respecto a la tenencia de la tierra. Pero hay que desnudar cómo nuevamente construyen un discurso que no refleja la realidad.
Vayamos por partes. La propaganda que sobre este proyecto puede verse en el canal estatal dice: “Estamos orgullosos. Los dueños de nuestras tierras seguiremos siendo los argentinos”. Esto no es así actualmente (ver mapa)
Y este proyecto tampoco lo garantiza porque aclara que no afectará “derechos adquiridos”, sino que habla de “regular un previsible incremento de propiedad extranjera” y de “limitar un proceso de concentración de grandes extensiones de tierras en manos de capitales financieros”. Regular y limitar no es detener la extranjerización ni prohibir nuevas adquisiciones a los millones de hectáreas que ya no nos pertenecen. El mismo proyecto da cuenta que a partir de los 90 habrían pasado a manos de capitales extranjeros tierras rurales en 19 provincias. La Federación Agraria habla de 23 de un total de 24.
El proyecto permite además que las tierras en manos extranjeras lleguen hasta el 20 por ciento del territorio nacional. Este porcentaje, además de duplicar la extranjerización producida en la época del menemismo, representa una extensión equivalente a la superficie que abarcan sumadas las provincias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Chaco y Corrientes!
Por otra parte, no prohíbe, sino que condiciona al consentimiento del Ministerio del Interior, la venta a extranjeros de tierras en zonas llamadas de seguridad o de frontera. Pero además elude mencionar en forma taxativa a tierras en las que puedan existir reservorios de aguas en superficie o subterráneas, petróleo, minerales, bosques nativos y menos aun a territorios ocupados por pueblos originarios. Para mencionar algunos, recordamos el litigio por Lago Escondido en la Patagonia (1) y los Esteros del Iberá en la zona del Acuífero Guaraní.
El proyecto define la realización de un relevamiento catastral y la creación, en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, de un Registro Nacional de Tierras Rurales. Pero no establece una auditoría de todas las operaciones de ventas de tierras ya realizadas que permitiría saber cuáles fueron adquiridas a precios irrisorios o haciendo uso de medidas de excepción otorgadas por los gobiernos provinciales o municipales. Esas ventas deberían anularse porque no se puede hablar de derechos adquiridos sobre la base de ilícitos.
Un ejemplo de esta situación lo dio el Consejo Deliberante de la ciudad de Viedma cuando en enero de este año rechazó la venta de tierras a extranjeros y exhortó a los gobiernos municipales, provinciales y nacional a tomar medidas que permitan hacer un seguimiento de cualquier transacción. Entonces puso énfasis en particular en la llamada Zona de Seguridad y tomó en cuenta un informe de la Auditoría General de la Nación elaborado en 2008 sobre la región Andino-Patagónica. En el mismo se revelaban irregularidades en casi un 55 por ciento de los expedientes sobre los que se confirmaron ventas, dominios, arrendamientos y locaciones de inmuebles.
Repasando el mapa actual de extranjerización de tierras recordamos lo ya informado en otras notas de Red Eco (2). La familia de los italianos Benetton tiene casi un millón de hectáreas en Santa Cruz, Río Negro, Chubut y Neuquén; el “filántropo” Douglas Tompkins es dueño de 350 mil hectáreas en varios lugares especialmente en los Esteros del Iberá; Ward Lay, magnate norteamericano vinculado a la empresa Pepsico controla 80 mil hectáreas en Neuquén. Pero también son los estados extranjeros los que vienen por las tierras. El principal grupo agrícola de China, la estatal Heilongjiang Beidahuang Nongken Group, firmó a fines de 2010 un convenio con el gobierno de Río Negro por el cual se le entregarían más de 200 mil hectáreas para producir soja (3).
Mientras tanto, hacia el norte, en la provincia de Chaco, los Pueblos Originarios Qom, Wichí y Mocoví, reclaman, desde tiempos de la Ley provincial del Aborigen y de la Reforma de la Constitución provincial, un millón ochenta mil hectáreas. Hasta ahora, no se ha llegado a devolverles más de 475 mil hectáreas.
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